Habrá que poner algunas cosas bien en claro antes de empezar. Para los que no conozcan a esta banda, les estoy hablando del proyecto alterno de Trent Reznor (único miembro oficial de la banda Nine Inch Nails (NIN)) que hizo junto a su esposa Mariqueen Maanding (casado con ella desde el 2009), Robert Sheridan (diseñador gráfico de algunos álbumes de NIN) y Atticus Ross (antiguo conocido de Reznor con el que ya había trabajado en los soundtracks de las películas The Social Network (2010) y The Girl with the Dragon Tatoo (2011), además de ser el co-escritor del único álbum instrumental de NIN: Ghosts I-IV (2008) y colaborador de The Slip (2008), último trabajo de NIN).
Es decir, de los 4 miembros que conforman esta banda, 3 ya habían trabajado de alguna u otra forma con NIN, y el otro miembro es la esposa de Reznor. A lo que voy es que la banda se conforma de puros sujetos que son muy cercanos a Reznor, y Reznor ES Nine Inch Nails.
Todos estos datos alineados de forma milimétrica y procesados matemáticamente nos da como resultado que: estamos ante un nuevo disco de NIN, por decirlo de alguna forma. No sé por qué mi estupidez hizo que no procesara esta información tan clara antes de escuchar el disco, de esta forma pensé que iba a escuchar algo innovador (que tampoco es algo tan loco de pensar teniendo en cuenta que estamos hablando de Reznor). Pero bueno, el punto es que el sonido del álbum es el sonido de algunos trabajos de NIN y por lo tanto voy a tener que hacer algunas comparaciones (que de todas formas, aunque fuera otro sonido, las hubiera hecho, je).
El sonido de Welcome Oblivion es una combinación de Ghosts I-IV con The Slip, metiendo mucha electrónica experimental del primero y matizándolo un poco con el rock industrial del segundo (por el momento dejemos de lado que desde los orígenes, ambos géneros se han alimentando mutuamente), disminuyendo la «violencia» como he leído por ahí y agregándole la femenina voz de Mariqueen y dejando la voz de Reznor en un segundo plano, refrescando mucho el sonido.
Estamos ante un álbum electrónico con mucha experimentación en donde el sonido gris de las máquinas evocan la desesperante vida moderna que parece haber sometido a Mariqueen, quien nos susurra cánticos alienados por un sistema industrial.
La forma en la que suena ya nos la habían adelantado en su primer EP del 2010 y en su segundo EP del año pasado, sólo que para Wecome Oblivion se han refinado bastante, desvelando la verdadera calidad de la banda.
Aquí está completo el Ghosts I-IV para que lo escuchen quienes no sepan de lo que les estoy escribiendo.
Pero bueno, ¿cuál es el resultado? Un discazo que vale mucho la pena escuchar. No resulta abrumador o tedioso (al menos no para los que le tenemos un cariño al sonido de Reznor) en ningún momento de sus 65 minutos, aunque eso sí, se tendrá que escuchar varias veces antes de agarrarle un gusto especial. Un álbum de principio a fin completamente recomendable en un año que a mi parecer va escaso de buenas producciones.
Nos encontramos ante un disco digno de la calidad a la que Reznor nos tiene acostumbrados y que no decepciona. Tampoco esperen escuchar algo como The Fragile (1999), o LA masterpiece que tanto esperan, o algo parecido. Simplemente es un excelente disco.
Tal vez la última canción, a mi parecer, resulta innecesaria (7 minutos que los pudieron haber omitido). Ojo, estoy hablando de la versión digital del álbum, no del vinilo que contiene 2 tracks más.
Reznor y compañía firmaron con Columbia Records para sacar este álbum. Algo interesante porque desde el 2008 (y desde que tuvo el gran problema con Interscope por querer cobrar un gran precio a los fans por un producto que Reznor había hecho con dinero de su bolsillo) habían sacado puras cosas con The Null Corporation, sello independiente de Reznor.