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Reseña: Antemasque – Antemasque (2014)


Aunque a primera oída Antemasque es simple, a profundidad es un complejo álbum transitivo, en el sentido que suena a la continuación de su música y no a una simple repetición.
Estética del Sonido
8.5
Narración y Discurso
8
Técnica de Producción y Mastering
8
Creatividad
8.5
Nota de lectores0 Votos
0
8.3
Antemasque - Antemasque
Producción: Omar Rodríguez / Flea / Cedric Bixler

Musicalmente hablando, Cedric Bixler y Omar Rodríguez poseen mentes muy brillantes, a tal grado de tener éxito con una carrera en la que han hecho lo que se les pega la gana, experimentando a montones, como si la psicodelia estridente y el rock progresivo fuera parte del mainstream, siempre con resultados extraordinarios que dejan boquiabiertos a todos. Si Zappa viviera sería un acérrimo fan de la dupla texana. Antemasque, su nuevo álbum bajo su nuevo proyecto titulado también Antemasque, demuestra que nada de lo que han hecho es producto de meras casualidades.

No por nada tienen una carrera musical que además de formidable es impresionante. Basta decir que crearon dos de las mejores bandas que el rock ha visto en su historia: At the Drive-In y The Mars Volta. Además, han formado parte de una docena de agrupaciones respetables, produciendo otras tantas importantes y lanzado álbumes mágicos que ya tienen el adjetivo de perfectos, como lo son Relationship of Command (2000) y De-Loused in the Comatorium (2003): obras maestras atemporales.

Aunque hace dos años disputaron una pelea personal que terminó en la disolución de la mítica The Mars Volta, su «reencuentro» era sólo cuestión de tiempo al tener una amistad muy fuerte y estrecha que se remonta a su adolescencia. Ahora, a punto de ser cuarentones, vuelven para demostrar nuevamente que la reinvención es su mentora y la insania su cautivante argumentación.

Para su nuevo proyecto contaron con la ayuda de David Elitch en la batería y Flea de Red Hot Chili Peppers en el bajo, poniendo los cuatro lo mejor de sus influencias en una licuadora, condensando toda su carrera en una placa que aunque a primera oída es simple, a profundidad es un complejo álbum transitivo, en el sentido que suena a la continuación de su música y no a una simple repetición. En otras palabras será un nuevo consentido entre los fans del sonido Omariesco-Cedrixiano.

El álbum tiene toques del hardcore punk noventero que tocaban en su juventud, las secuencias progresivas más maduras con las que hicieron carrera, la herencia bluesera, todo atiñado de negro para crear una estética post-punketa que huele a garage moderno. El jugueteo con tantos géneros en tan sólo 35 minutos y de una forma tan fluida hace ver que la peregrinación que se aventaron estos cuates por el mundo del rock no fue en vano. Se apropiaron de todo lo que vivieron y lo demuestran en este álbum.

A nivel técnico no es lo mejor que han hecho. No es donde mejor canta Cedric, no es donde mejor guitarrea Omar, no es el mejor bajeo de Flea, no es la desquiciante batería de The Bedlam in Goliath (2008), no tiene la perfecta y refinada producción de Relationship of Command ni su calidad en nivel compositivo, pero viéndolo desde otra perspectiva, se debe decir que las comparaciones sobran ya que es un disco que no apunta en la misma dirección. Tal vez lo más correcto es rendirse ante ellos, ante su historia, y ante el poder que la mayoría de sus trabajos desatan.

El número de proyectos de los que han formado parte Omar Rodríguez López y Cedric Bixler Zavala es tan grande, que mencionarlos todos sería poco salubre. Lo mismo pasa con Flea. The Mars Volta, At the Drive-In, De Facto, El Trío de Omar Rodríguez López, Omar Rodríguez López Quintet, Omar Rodríguez López Group, El Grupo Nuevo de Omar Rodríguez López, Startled Calf, Zavalaz, Bosnian Rainbows, Anywhere, Kimono Kult, Alavaz Relxib Cirdec, Big Sir, The Fall on Deaf Ears, Foss, Los Dregtones, Red Hot Chili Peppers, Banyan y Atoms for Peace son sólo algunas bandas que han sido construidas por estos grandes arquitectos del rock.