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Reseña: Molotov – Agua Maldita (2014)


Molotov se limita a divertirse en el estudio, mientras que sus fans se quedan con las ganas de tener nuevos y mejores temas inteligentemente insurrectos que mantengan viva la voz de la idiosincrasia mexicana.
Estética del Sonido
8
Narración y Discurso
6.5
Técnica de Producción y Mastering
9
Creatividad
6.5
Nota de lectores1 Vota
10
7.5
Agua Maldita - Molotov
Universal Music
Producción: Jason Perry

Para bien o para mal, Molotov nunca se quitará de encima la sombra de haber hecho uno de los mejores álbumes de rock en español: ¿Dónde Jugarán las Niñas? (1997). En sus demás álbumes no han logrado la consistencia en composición como la mostrada en su debut. Sólo algunos temas en cada álbum como «Changüich a la Chichona», «Frijolero» o «Yofo»  llegan a reflejar la calidad e ingenio tan alto que sus integrantes pueden ejecutar si se lo proponen (y si les parece adecuado). En su nuevo disco titulado Agua Maldita se repite el patrón de mostrar temas blandos junto con algunos que son formidables.

Agua Maldita: Entre la inconsistencia y la contundencia

La inconsistencia y blandura exactamente provienen de su forma tan tibia con la que narran su nuevo discurso. Mientras que en temas de su ópera prima como «Que no te haga bobo Jacobo» o «Quítate que ma’sturbas (perra arrabalera)» encajaba perfectamente una furiosa forma de cantar que congruentemente reflejaba las ganas por alzar la voz en un momento de cambio sociopolítico en México, ahora en todas las pistas lo hacen de una forma tan melodiosamente aburrida que parece estar más enfocada a sonar afinada que a transmitir algo.

Además, las historias de Agua Maldita tocan lugares comúnes para ellos, pero lo hacen con menos lucidez. De hecho, el álbum parece ser más un Eternamiente Vol. 2 comprimido. Su característica forma de retratar inteligentemente diversas realidades de México y al mexicano, se diluye entre nuevas letras más facilonas que se enfocan en situaciones con las que cada vez es más difícil sentirse identificado. Es realmente frustrante ver cómo después de su intensa lucha por distribuir su perspicaz contenido crítico, ahora se limiten a hablar de otros temas, aunque por otro lado se agradece el intento de renovación.

«Oleré y Oleré y Oleré el UHU», «Llorari» y «Lagunas Metales» son las piezas rescatables y que se logran ver mucho más trabajadas que las demás. «Fuga» es realmente de los peores momentos que le hemos visto a la banda, una canción sin sentido que demuestra lo oxidados que se encuentran a la hora de tomar el lápiz y el papel. El tema más político del álbum, titulado «La Necesidad» (al no incluirse «Ánimo Delincuencia» en el tracklist), queda muy lejos de manifestar contundentemente las exigencias e injusticias que se viven en un país en el que cada vez crece más y más la espiral de inseguridad, pobreza y corrupción.

¿Quién iba a pensar en el 97′ que un álbum de Molotov contendría tantos coros, tantos «uuuooohhh», tantos «uuhhhh» y tendría un tempo promedio tan bajo? ¿Quién iba a pensar que los potentes bajos que se hacían presentes en su debut se iban a disolver poco a poco en sus siguientes discos? Aunque hay muchas cosas que se extrañan del antiguo Molotov, también hay muchas que siguen presentes, como el clásico pochismo y la artesanal e impecable forma de trabajar los aspectos de producción y grabación.

Lo bueno es que ellos mismos no toman en serio su importancia musical, limitándose a divertirse en el estudio, mientras que sus fans se quedan con las ganas de tener nuevos y mejores temas inteligentemente insurrectos que mantengan viva la voz de la idiosincrasia mexicana.

Ser mexicano y no conocer a Molotov es no conocer parte de su historia nacional. La banda empezó a formarse en 1995, consolidando su formación en 1996. Un año más tarde lanzaron su álbum debut, producido por Gustavo Santaolalla, el cual causó mucha controversia por las groserías, albures y críticas al gobierno que creaban el concepto del disco. Recibieron muchas amenazas y censura, teniendo que llegar a vender ellos mismos el disco en las calles. A partir de ese momento, la carrera de la banda despuntó y se posicionó rápidamente como una de las mejores en la historia del rock mexicano. «Gimme tha Power», «Frijolero» y «Hit Me» han sido piezas clave que la banda ha creado para protestar por las injusticias que el Estado mexicano cultiva por su ineficiencia. Por otro lado, canciones como «Puto», «Amateur» y «Yofo» son el tipo de composiciones que la banda crea simplemente para fiestear, haciendo uso del humor lacra, el albur y la sátira.