DONDA DONDA DONDA DONDA…
Hace unos días, Donda, el décimo álbum de estudio de Kanye West, fue lanzado en medio de una caótico recorrido de promoción lleno de listening parties y fechas de lanzamiento pospuestas una y otra vez, algo que de hecho no es nada raro en Kanye. Este proceso de retrasar un álbum porque seguía añadiéndole o quitándole cosas de último momento ha sido una constante durante toda su carrera.
Ahora que tenemos el disco en nuestras manos, bueno en nuestros smartphones porque ya nadie compra discos, podemos entender de mejor forma si el hype que generó ha sido proporcional al tamaño de la producción que realizó esta vez, sí ha valido la pena, o si por el contrario, la expectativa y la espera fueron demasiado grandes para el producto que entregó al final.
Pero partamos por el inicio. Todos sabemos que West está bien pinche loco. Es uno de estos personajes amado por unos y odiado por otros. Un cliché de artista extravagante que puede justificar su personalidad pedante gracias a su enorme arte. Y en esta ocasión, nuevamente ha demostrado una maniaca personalidad con una genial grandilocuencia para plasmar las grandes ideas que tiene como artista.
Y, de hecho, hay que hacer hincapié en que Kanye es un artista en toda la extensión de la palabra y no solamente un músico. Su arte, muy performático, combina diferentes expresiones que se unen en un entramado conceptual para dar vida a sus obras. En esta ocasión, Kanye ha creado nuevamente un concepto integral entre performance, audiovisuales, diseño de vestuario, música e imágenes como expresión artística para dar vida a todo lo que representa Donda.
Este es un álbum dedicado a su madre, Donda West, quien falleció en el 2007 por complicaciones de una operación estética que fue fatal, algo que le pegó muy duro a Kanye. El disco funciona básicamente como una carta de amor hacia Dios, hacia la familia y en específico hacia ella, narrándonos el dolor que ha sentido ante la pérdida familiar, y cómo ha podido superarlo. El nombre del álbum y las muchas referencias directas a ella en las canciones, hacen que tengamos que entender a este disco como un álbum íntimo, personal y familiar.
La reconstrucción de la casa en donde creció Ye, la boda que cerró la tercera listening party, las historias que nos cuenta en las diferentes canciones, son elementos que nos hacen entender mejor todo el mensaje. El color negro, ocupado como portada y muy adhoc al sonido sombrío de la mayor parte del álbum, es otro elemento súper importante que le da identidad al disco, una identidad de luto. De hecho, este color fue parte importante también de las dos últimas listening parties ya que los colaboradores y staff que participaron, incluyendo personal de seguridad y chefs, se les pidió que vistieran completamente de negro.
Hablando sobre el sonido del disco, éste es prácticamente una conjunción de diferentes elementos con los que ha experimentado a través de una extensa carrera musical. En general se percibe un ambiente tétrico, sombrío, denso. Sin embargo, en él hay muchos elementos sonoros que nos remiten inmediatamente a todas las etapas musicales que ha atravesado. Canciones como «Believe What I Say» o «Keep My Spirit Alive» recuerdan al sonido de los primeros discos de West. Por supuesto también hay mucho del sonido más reciente gracias a las colaboraciones en diversas partes del Sunday Service, su coro de gospel.
El disco inicia con el nombre Donda repetido 60 veces representando los últimos latidos antes de morir a los 60 años, funcionando como el inicio narrativo de la historia personal que nos cuenta West ante la pérdida.
«Jail», el siguiente track, nos sitúa en medio del conflicto y la crisis familiar que tuvo con Kim Kardashian, su exesposa. En esta canción colabora su amigo-enemigo, Jay-Z, con un verso grabado tan solo 4 horas antes de la primera listening party en el estadio Mercedes-Benz.
Durante las siguientes canciones, Kanye narra más detalles de su vida familiar cayéndose a pedazos, mencionando a sus hijos, los problemas con su esposa Kim, así como la confianza dispuesta en Dios para salir adelante.
Por ejemplo, en «Praise to God», una de las 2 rolas que más me gustaron del álbum, introduce un discurso grabado por su misma madre, formando en conjunto con Travis Scott, quien colabora en esta canción, una alabanza chingonsísima hacia Dios, muy críptica, que logra transmitir un sentimiento de oscuridad y pesadez.
En «Jonah», menciona la falta de apoyo por parte de su pareja para luchar en contra de sus demonios internos, así como el trauma de abandono que esto le generó.
«Heaven and Hell», probablemente mi canción favorita de todo el álbum, también tiene un mensaje de abandono, desapego y fortaleza ante un cielo e infierno que ha vivido en la misma tierra.
Muchas de las canciones hablan sobre su relación con Dios y el mantenimiento de su fe intacta en él a pesar de todo el dolor. De la misma forma que, en muchas de ellas, hay diferentes referencias directas al amor por su madre, reforzando el sentimiento de confusión y abandono que tuvo ante su partida.
Mama prayed for me, said she left it in God’s hands, yeah.
Keep My Spirit Alive.
Mama, you was the life of the party.
.And mama steady crying ‘cause she really the victim.
Jesus Lord.
La narrativa del disco cambia un poco al final, justo en el track «Lord I Need You», un track en donde acepta la separación con Kim y le da las gracias por todo lo bueno que le trajo a su vida, como sus hijos. De hecho, hay una línea en donde le agradece asistir a las listening parties:
But you came here to show that you still in love with me.
Lord I Need You.
En «Come to Life», Kanye canta sobre su deseo de haber escuchado más los pensamientos, sueños y aspiraciones de su exesposa, Kim, sacando a la luz emociones encontradas sobre su presencia y ausencia mientras expresa cómo no quiere morir solo sin ella a su lado y lo importante que son sus hijos para él.
No «Child Left Behind», probablemente el último track del disco como lo pensó West, tiene un sonido mucho más optimista, con un sintetizador que emula un órgano de iglesia, y con una letra esperanzadora en donde pone en manos de Dios su vida al decir que Dios no deja a sus hijos atrás.
Como ya mencionamos, las listening parties que West organizó para promocionar el disco antes de su salida, son parte importante para entender el mensaje completo. En ellas, ocupó diferente simbología para reforzar el significado de este recorrido de -pérdida – aceptación – redención- que hay en Donda. Su estadía en el estadio Mercedez Benz durante 2 semanas, encarcelándose a sí mismo para terminar el álbum, la invitación a Marilyn Manson y DaBaby, personajes que han sido socialmente cancelados; son sin duda símbolos de pérdida.
West incendiándose en la casa donde vivió de niño es un símbolo de aceptación del dolor y una transición hacia la redención, la cual plasmó con una nueva boda con Kim Kardashian, haciendo las pases con ella al haberse convertido en una nueva persona. Finalmente, su ascenso al cielo probablemente simbolice su confianza dispuesta en él como parte de su redención.
Estas listening parties son una reinterpretación moderna y muy a su manera de uno de los conceptos más primitivos del hip hop, el cual es el reunirse en comunidad a escuchar un disco de música, poniéndolo como el centro de una experiencia de apreciación, justo como nacieron los primeros disk jokeys o djs, quienes ponían en fiestas un disco y le rindían culto. Pfff, a ver, díganme, ¿Quién más hace algo así? Nadie, nadie, Kanye es el más grande.
Donda es uno de esos proyectos en donde el artista comparte su locura, sus demonios y las voces más profundas con nosotros. Una mirada honesta por parte de Kanye y uno de sus mejores discos en toda su carrera.
Si My Beautiful Dark Twisted Fantasy era la carta de disculpa que Kanye hizo para pedir perdón a la sociedad, Donda es la carta de disculpa que hace con su madre, con Dios, con su familia y con él mismo. Hay algunos puntos débiles y negativos que tiene Donda, no lo vamos a negar, como por ejemplo algunos errores en la producción que hacen que suenen sonidos accidentales, o también que los últimos 4 tracks corten la experiencia de manera extraña al ser versiones alternas de otros tracks, pero queremos creer que, de hecho, estos errores serán solucionados con el lanzamiento de una versión oficial final liberada por el mismo Kanye y no por la disquera.
Sin duda este es uno de los momentos más épicos en toda la discografía de Kanye.