Con una maniobra difícil de planificar, difícil de ejecutar y difícil de que fuera del agrado de todos, Hookworms ha logrado tomar una posición privilegiada en la escena musical gracias al nuevo camino sonoro que ha tomado con su tercer disco de estudio. Cuando supimos que sus integrantes iban a dejar la psicodelia y el noise para intentar construir sonidos más pop, todo parecía tan poco conveniente, que, la verdad, estábamos preparados para lo peor; pero todo el trabajo lo han hecho de manera tan magistral que hemos quedado boquiabiertos.
Microshift es el disco dance de Hookworms… y les ha quedado excelente.
Para entender bien a Microshift, como han titulado a su nueva producción, se debe conocer que este disco fue hecho en dos partes. La primera, antes de la inundación de su estudio de grabación en diciembre del 2015: sólo 2 canciones pertenecen a esta etapa, y ambas son electrizantes composiciones que no se desprenden de la línea psicodélica que la banda había creado en sus dos anteriores trabajos. El resto de canciones fueron hechas después de la inundación y se caracterizan por influenciarse en la música electrónica y la música disco. Pero, contrario a lo que podría parecer, nunca sacrifican la vitalidad de su sonido.
Desde que empieza «Negative Space» (o sea, la primera canción del disco), uno encuentra una importante ruptura en el sonido preestablecido por Hookworms. Los sintetizadores empiezan a crear sonidos que suenan más cercanos al nu-disco que a otra cosa, los hi-hats rápidos y el patrón four on the floor del bombo reafirman que no estamos ante nada parecido a lo que nos había presentado la banda antes. Pero conforme avanzan los minutos, la experiencia va cubriéndose de la identidad de la banda, al extenderse el sonido en un loop largo que se va ocultando bajo capas de sintetizadores y guitarras distorsionadas. Esta primera canción crea una sensación cuasi progresiva que, sin darnos cuenta, se funde con «Static Resistance», una de las dos canciones más psicodélicas que encontraremos en la placa.
El loop de constante y la repetición incansable de patrones, son los ejes con los que la banda suele crear sus canciones, y en Microshif no es la excepción. Para muestra «Ullswater», en donde desde el segundo 1 nos repiten un sintetizador una y otra vez durante toda la canción, y solo es hasta los últimos 20 segundos cuando la banda lo ahoga en agua para avanzar hacia una experiencia inmersiva y delicada en «The Soft Season», una composición que comparte características con «Each Time We Pass» al ser ambas canciones lentas, con cierto aire a Dream Pop y otro a Animal Collective.
«Boxing Day» es probablemente el momento más vanguardista de la banda, valiéndose de la distorsión de instrumentos de viento y metales para lograr un «National Anthem» muy a su estilo. Finalmente, para concluir el viaje nos regalan «Shortcomings», una canción que resume la experiencia pop del disco, pero que no la cierra adecuadamente… sólo se siente como una canción más.
De manera general, Microshift es una placa compleja y simple al mismo tiempo; la más digerible en su discografía pero con muchos momentos experimentales. La banda ha sabido dirigirse a un nuevo camino que mantiene todo lo bueno que ya habían creado. Ojalá y siempre sea así con cada disco que saquen en el futuro.
Hookworms es un grupo inglés de noise rock y rock psicodélico. Con una carrera que empezó a despuntar gracias a sus intensas presentaciones en vivo, la banda ha sabido crecer y ampliar su alcance de seguidores gracias a sus dos primeras placas, Pearl Mystic (2013) y The Hum (2014), las cuales fueron un aire fresco a una escena psicodélica estancada. Después de la inundación de su estudio de grabación, la banda decidió darle una nueva refrescada a su sonido, incluyendo un poco de música disco y pop para llegar a un nuevo público.