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The Strokes – Comedown Machine (2013)


Un disco vacío que ni invita a bailarlo ni a emocionarse con él, aunque por momentos salgan destellos de creatividad.
Estética del Sonido
3
Narración y Discurso
4.5
Técnica de Producción y Mastering
4.9
Creatividad
4.5
Nota de lectores0 Votos
0
4.2
the-strokes-comedown-machine
RCA Records
Producción: Gus Oberg
¿Qué tipo de portada es esta?

Híjoles… primero: El disco se merece un gran aplauso por seguir el camino de Angles (2011) pese al gran descontento y revuelo que causaron los fans hace exactamente dos años por la «traición» que hizo la banda al sonido de sus primeros álbumes. Eso habla de que los miembros de The Strokes están haciendo lo que se les pega la gana, sin presiones absurdas, lo cual es plausible en el sentido artístico.

Segundo (y que va ligado al primer punto): Sigue apreciándose en el sonido de The Strokes ese aspecto nihilista que evoca la despreocupación a la hora de hacer música. Parece (y siempre ha parecido) que la banda crea música sin quererla llevar a un lugar en especial, simplemente la crea y ya, sin pretender algo más, sin otorgarle un sentido extraordinario. Más que ser una debilidad, en realidad, considero que es la principal fortaleza y característica de The Strokes, la que hizo ganarse miles de seguidores en una época que carece de sentido existencial para la juventud en general.

Tercero: Sin duda alguna, desde Is This It (2001), la calidad de cada trabajo que sacan va en picada. No se mal entienda, Comedown Machine es un disco diferente y que tal vez no merece alguna comparación con los álbumes anteriores, pero siendo honestos, de que es peor que Angles, es peor. Y de que Angles es peor que First Impressions of Earth (2006), pues así es. Y de que First Impressions of Earth es peor que Room on Fire (2003), no hay duda (bueno, tal vez aquí sí lo pongo en tela de juicio). Y de que Room on Fire es peor que Is This It, sí, también es así (bueno, igual y también están parejones). Simplemente basta ver las calificaciones que Metacritic (website que se encarga de recolectar calificaciones de distintas publicaciones y promediarlas) le otorga a cada álbum. O entender que Is This It fue un álbum excesivamente poderoso por la ruptura que representaba su sonido con la escena rock del 2001 dominada por el Nu Metal; pero los sucesivos trabajos parecen estar cada vez más lejos de lograr algo similar.

Is This It proponía un sonido completamente descuidado y de baja calidad técnica de grabación, en un mundo moderno caótico, entrado en un nuevo milenio que representaba la evolución tecnológica y la llegada del «futuro». Is This It representó justamente la vida hedonista y nihilista de la juventud occidental y su desencanto por la vida. Es un trabajo digno de estudiar axiológica y sociológicamente, y muy difícil de igualar o superar. Los siguientes materiales de la banda poco a poco se van alejando de este sentido, sin encontrar su propia línea.

Comedown Machine: Una hibridación entre Julian Casablancas y el sonido clásico de la banda

Pero hablando un poco más a fondo del sonido del disco, se puede decir que Comedown Machine es una hibridación entre los temas más poperos del new wavero Angles con unos pequeños trazos del garagero Room on Fire, quedando un álbum muy flojo por la falta de cohesión entre el sonido de los temas. Un disco vacío que ni invita a bailarlo ni a emocionarse con él, aunque por momentos salgan destellos de creatividad.

Existen algunas reminiscencias al sonido que los hizo lo que son, como «80’s Comedown Machine», un buen homenaje lo-fi a sí mismos. También existen cosas que nunca pensaríamos que The Strokes llegaría a hacer como «Call It Fate, Call It Karma» (algo similar pasó en Angles con «You’re So Right»). Pero a final de cuentas, nada de eso salva al álbum. Un disco completamente prescindible.

Reflexionando y quedando a modo de conclusión, es demasiado interesante cómo una banda que fue líder e impulsora del renacimiento del garage rock cambie de rumbo hacia a algo tan distinto, mucho más cercano al pop ochentero, y todo por culpa de una sola persona: Julian Casablancas.

Este cambio no era nada difícil de vislumbrar ya que el vocalista, cuando sacó su álbum debut como solista en el 2009, lo hizo con un trabajo plagado de sonidos electrónicos ochenteros, y a partir de ahí The Strokes también empezaron a experimentar con este tipo de música.

¿The Strokes es Julian Casablancas? Pues, lamentablemente, es lo que hacen parecer, una reverenda jalada si hacemos un análisis exhaustivo basándonos en las fotos de la banda, en donde se devela que en realidad son cinco integrantes. Neta, ¿los otros cuatro qué hacen? (Tal vez sí propusieran más los demás integrantes, no sería tan aburrido el disco). Todavía peor jalada si se sabe que este nuevo sonido de la banda es causa de que Casablancas les ha dado más libertad en la dirección creativa de las canciones a los demás integrantes… pffff.

Evidencia fotográfica en donde se puede observar que The Strokes son 5 personas y no sólo Julian Casablancas.