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Reseña: Klaxons – Love Frequency (2014)


Un álbum delicado en donde los detalles redondean el concepto más simple que han decidido crear.
Estética del Sonido
6
Narración y Discurso
6
Técnica de Producción y Mastering
9
Creatividad
6.5
Nota de lectores0 Votos
0
6.9
klaxons_love_frequency-portada
Akashik Rekords Producción: James Murphy / The Chemical Brothers / James Ford

Con James Murphy y The Chemical Brothers produciendo el nuevo álbum de Klaxons, no era muy difícil adivinar que la banda se adentraría mucho más en los sonidos electrónicos, dejando de lado el profundo bajeo y la intensidad en las percusiones de sus anteriores discos. Lo que no se esperaba era que sus integrantes decidieran hacerlo desde una perspectiva más genérica y comercial. Afortunadamente por algunos momentos mantienen destellos interesantes de la genialidad y la creatividad que les han caracterizado. Pero, en definitiva, el nuevo sonido se siente como una pérdida de valor respecto a sus dos trabajos previos.

Love Frequency es un álbum muy sensual que muestra una evolución completa en el sonido de la banda, siendo un paso lógico después de lo que hicieron en Surfing the Void (2010), el cual ya reflejaba un intento por hacer algo más allá de una simple repetición. Lamentablemente han optado por el camino fácil, el de hacer lo comercialmente correcto tomando como eje lo hecho en sus éxitos «As Above, So Below» y «It’s Not Over Yet», amplificando la electrónica y balanceándolo hacia el lado de lo complacientemente dance, de manera que la experiencia completa se convierte en lo que bien podría ser el soundtrack de alguna película futurista hollywoodense para adolescentes en donde el amor acaba reinando la galaxia. Sí, dejando de lado el largo eufemismo, este es su peor álbum.

Aunque el futurismo sigue ahí como se aprecia en «New Reality» u «Out of the Dark», han perdido la explosividad tan impredecible del extrañamente confortable Myths of the Near Future (2007), ofreciéndonos estructuras más conservadoras y dando como resultado un álbum delicado en donde los detalles redondean el concepto más simple que han decidido crear. 

No existe ya algo tipo «Totem on the Timeline» o «Flashover». Todos los tiempos se han desacelerado, las ambientaciones exponenciado y la producción suavizado. Solamente en «Children of the Sun» y en «Liquid Light», deciden mostrar algo que, aunque no desentona con el sonido general del álbum, es similar a lo que han hecho en sus placas anteriores, por el desequilibrio tan interesante que provoca en el escucha. Del lado contrario tenemos por ejemplo a «Love Frequency», un tema de pop completamente deshechable que increíblemente fue creado por los mismos alquimistas de «Magick».

Las letras abordan metafóricamente tópicos filosóficos a los que ya se han acostumbrado a hablar como el tiempo, la realidad y la verdad;  pero esta vez de manera mucho más sencilla y vacía, sin referencias literarias difíciles de comprender, ni visiones bíblicas generadas por el consumo de ayahuasca, ni alusión a mitología ocultista o a la Madre Teresa de Calcuta.

Aunque la calidad se presenta durante algunos momentos, definitivamente no les alcanza para otro Mercury Prize. Aunque tal vez y su objetivo para esta ocasión es el de ganar más fans, cosa que probablemente logren; claro, ya no serán los mismos fans fosforescentes de la subcultura nu-rave que ellos mismos crearon. R.I.P. New Rave.

A mitad de la década pasada nacieron dos movimientos electrónicos importantes inspirados en la creciente resucitación del post-punk: por un lado en EE.UU. el Dance Punk, y por otro en el Reino Unido el New Rave. Aunque éste último fue concebido al principio como una broma de Klaxons, pronto se convirtió en el término perfecto para designar una subcultura nueva que invadía la escena nocturna londinense. Fosforescencia, colores chillones y ácidos que invadían el sistema nervioso de la juventud británica; justo como la escena rave original pero esta vez con una revolución intelectual y crítica en la manera de componer electrónica y dance, hicieron que el movimiento creciera de forma importante en el underground mundial. Lamentablemente el movimiento poco a poco se ha ido desvaneciendo junto con las bandas que lo abanderaban: Klaxons cambiando de dirección artística, Shitdisco desintegrándose, CSS perdiendo calidad compositiva y New Young Pony Club aburriendo cada vez más a sus fans.