Reseña: Kendrick Lamar – To Pimp a Butterfly (2015)

Apenas es marzo del 2015 y este año pinta para ser uno de los mejores en mucho tiempo, musicalmente hablando. Para muestra tenemos el nuevo álbum de K. Lamar, el cual se está convirtiendo en un clásico instantáneo y posiblemente sea el último bastión para consolidar definitivamente al rap como el género insignia de la presente década (en la cultura alternativa). Algunas de las placas más finas en los últimos cinco años han sido producciones de rap del más alto nivel: My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010) y Yeezus (2013) de Kanye West, The Money Store (2012) de Death Grips, Channel ORANGE (2012) de Frank Ocean, Run the Jewels 2 (2013) de Run the Jewels y el mismísimo Good Kid, M.A.A.D City (2012) del propio Lamar. Lo que es un hecho es que con To Pimp a Butterfly, Kendrick logra definitivamente afianzarse como leyenda del rap al mostrarnos letras simbólicas muy poderosas que retratan de una forma muy particular la opresión de los pobres y de los negros. Este disco sin duda entrará en las listas de los mejores de toda la década.

Lamar es un poeta que examina su entorno siendo parte de él, criticándolo de forma intrínseca, lo que hace que su música sea muy honesta y libre de pretensiones. Sin embargo, lo que verdaderamente lo diferencia del resto de raperos que hacen lo mismo, es la elocuencia con la que construye sus letras: verdadera literatura sonora que reflexiona de forma importante cuestiones fundamentales para la sociedad multicultural occidental que no ha sido capaz de generar una convivencia e integración enriquecida entre la gente «negra» y «blanca».

To Pimp a Butterfly: Un álbum majestuoso de Kendrick Lamar

Durante la hora con 19 minutos que dura el disco, tenemos un álbum majestuoso e incendiario en el que cada canción es un retrato detallado del significado de ser «negro».  Desde que empieza el álbum con «Wesley’s Theory», Lamar enuncia, anuncia y pronuncia con la simple frase «Every nigger is a star» el objetivo de su nueva producción: crear un homenaje a la sociedad de color que ha luchado encarecidamente por respeto y una voz a través de diferentes manifestaciones durante mucho tiempo. Su homenaje involucra la apropiación de música que tradicionalmente se ha enlazado con la historia afroamericana: hay mucho soul, mucho blues, jazz, funk; todo ensalzado bajo profundas líneas de rap que llevan a límites insospechados la cadencia del sprechgesang de Kendrick (para muestra «For Free? Interlude»), cohesionando perfectamente todo el concepto bajo el mismo groove de los sonidos de los guetos más oscuros y aislados.

Probablemente el clímax de la idea principal de este álbum conceptual, es el track trece (aludiendo a la abolición de la esclavitud en la decimotercera enmienda de la constitución de EE.UU.), «The Blacker the Berry», en el cual Kendrick, de una forma espectacular, escupe al mundo un mensaje crítico de lucha hacia la vandalización de la cosmovisión negra, al mismo tiempo declarándose el mayor hipócrita del 2015 ya que su mensaje lo considera contradictorio por la enorme cantidad de odio y muertes que existen en las luchas entre los mismos grupos de gente de color.

En cada canción se puede encontrar una producción tan cuidada que ensombrece drásticamente las composiciones de su debut Section.80 (2011). Por ejemplo, «King Kunta», uno de los mejores momentos del disco y uno de los pocos que por su digestibilidad puede convertirse en consumible para las masas, lleva el funk a las profundidades del hip hop más disfrutable que le hemos escuchado. «How Much a Dollar Cost» evoca la provocativa complejidad musical del jazz procesado de Amnesiac (2001) de Radiohead. «These Walls» deambula a través de un delicado soul intimista y depresivo en el que se habla de dolor, resentimiento y violencia.

En ningún momento se debe poner en duda la vigencia y pertinencia de este álbum como mensaje crítico hacia la discriminación «racial». El arte es una consecuencia de la sociedad y al mismo tiempo, la sociedad es una consecuencia del arte, por lo que es importante destacar que este resurgimiento tan importante del hip hop que se vive en la actualidad no es simple coincidencia.

Socioculturalmente parece que volvemos a estancarnos en una espiral de opresión a las minorías y de aislamiento a los grupos pobres. Una espiral en donde la divergencia de valores genera una confusión importante de identidad que hace que algunos grupos retomen los estúpidos valores conservadores del pasado, sólo por la falsa ilusión de que la sociedad tenía más claridad cuando la opresión y el miedo se enseñaba oficialmente en las escuelas. Como resultado se generan nuevos escaparates y refugios en el arte que simbólicamente se asocian a movimientos contestatarios en donde se reconstruyen las identidades. Lamar se influencia del hip-hop old school y lo transforma en una versión moderna para dar cabida a la protesta moderna. Su arte es una consecuencia de la actual sociedad etnofóbica, y la actual sociedad es una consecuencia del arte del pasado que generó, hasta cierto punto, conciencia y cambio.

La tarea de ofrecer algo que mantuviera o superara el nivel de calidad mostrado hace tres años en Good Kid, M.A.A.D City parecía una tarea imposible de realizar. Sin embargo, Kendrick ha sorprendido a todo el mundo ofreciéndonos un nuevo trabajo sobrio y lleno de detalle que eleva su estándar muy por encima del promedio de la industria en la actualidad. Definir finalmente cuál de sus álbumes es mejor es difícil de decir ya que se construyen en la escucha de forma muy diferente. Sólo el tiempo decidirá el lugar que ambas placas ocuparán por el resto de la historia. Lo que sí es que Lamar la tiene grande, de eso no hay ninguna duda, y que este disco es una escucha obligada para todos.

Vengo del fondo de la humanidad. Mi cabello es rizado, mi pene es grande, mi nariz es redonda y amplia ¿Tú me odias, verdad? Odias a mi gente. Tu plan es exterminar mi cultura. Eres jodidamente malvado. Quiero que se den cuenta de que soy un mono orgulloso. Vandalizas mi percepción, pero no puedes tomar mi estilo. Y esto es más que una confesión.

«The Blacker the Berry», Kendrick Lamar.

Kendrick Lamar Duckworth es un rapero y cantautor estadounidense nacido en Compton, California. Consiguió llamar la atención después del lanzamiento en 2010 de su mixtape Overly Dedicated. Después de lanzar su primer álbum en 2011, Section.80, Kendrick ganó mayor popularidad, especialmente en internet, y fue escuchado por Dr. Dre, quien lo fichó para su sello Aftermath. Su debut bajo un sello mayor, good kid, m.A.A.d city, generó en el 2012 aclamación internacional, considerándose rápidamente como uno de los mejores álbumes de rap de todos los tiempos.