Pocas bandas como The Prodigy cuidan tan atentamente el tiempo necesario para el desarrollo correcto de las ideas musicales y la producción en un nuevo álbum. Sólo basta ver los tiempos que se han tomado entre cada disco que han hecho. En esta ocasión, seis años después de su último trabajo discográfico Invaders Must Die (2009), la banda inglesa regresa para dar nueva cátedra a la escena electrónica internacional.
The Day is My Enemy es un álbum que, al igual que su antecesor, retoma completamente el camino nu-rave que ya se encaminaban a seguir los integrantes de la banda, sin embargo, en esta ocasión, lo hacen de un modo «correcto» al integrar elementos que en el pasado fueron descuidados. Hablando de forma general, se hacen las cosas mucho mejor que en Invaders Must Die, aunque lo más notorio son las vocales que en este disco sí transmiten de forma íntegra el mensaje más melódico que The Prodigy se ha propuesto transmitir. De hecho, a mi parecer es la placa que debió haber salido en el 2009 porque corrigen los errores que no se debieron haber permitido cometer. Por lo tanto, funciona como una especie de reivindicamiento de algo que fue bueno pero que cojeaba en muchas partes.
Lo que se le aplaudió en su momento a Invaders Must Die fue su experimentación y encaminamiento hacia un lugar en donde no tenían demasiada experiencia. Ahora, con The Day is My Enemy, y después de que la banda se tomó un buen tiempo en explotar su potencial adquirido en el género, logran desarrollar el concepto que quisieron transmitir hace cinco años: un concepto que se mueve entre el grindie, los tonos brillantes, el breakbeat. reminisencias al soul y pequeñas evocaciones al 8-bit.
Si se puede decir que en algo falla el disco, es justamente en la repetición del sonido ya explorado por la banda, la cual ha dejado de ser sinónimo de vigencia y rudeza electrónica y se ha convertido en simplemente una buena banda festivalera que canta «A spoonful of sugar just to sweeten the taste. Just to keep you in your place». Sólo queda disfrutarlos en esta nueva etapa escuchándolos sin ninguna pretensión y recordando el dulce sabor de la vanguardia de Experience (1992), Music for the Jilted Generation (1994) o The Fat of the Land (1997).
Al final, The Day is My Enemy es sin duda un muy buen álbum de The Prodigy, y un excelente disco para quien guste de la música electrónica.
The Prodigy es un grupo inglés de música electrónica que se hizo famosa a principios de los 90 por ser pioneros del Big Beat junto con bandas como The Chemical Brothers, Fatboy Slim y The Crystal Method. Durante su extensa trayectoria ha experimentado diferentes estilos tales como el Rave, el Hardcore Techno, Metal Industrial o el Breakbeat, siempre distinguiéndose por elevar su estandarte musical de corte muy energético y agresivo, con canciones techno que involucran influencias y una actitud punk. Su tercer álbum de estudio, The Fat of the Land (1997), representa el momento cumbre de la banda y uno de los mejores de la escena electrónica. El single promocional de este disco «Smack My Bitch Up» hizo que el álbum fuera censurado en varias tiendas. Su trabajo Invaders Must Die representó un giro musical de la banda hacia el nu-rave, algo que continúan con su más reciente producción: The Day is My Enemy.